miércoles, 27 de mayo de 2009

El Bien Mayor

Una de las ideas más tontas que circulan en el mundo cristiano es que Dios tiene un "bien mayor" por el cual permite que algunos "santos especiales" no puedan recibir su sanidad.

"Dios no sanó a Pepita y se murió a los 25 años, dejando esposo y tres hijos, pero es que Dios tenía un bien mayor, pues con su muerte se convirtieron su esposo, sus padres y uno de sus tíos".

Que idea más ridícula, lo que están diciendo es que Dios tuvo que quebrantar Su Palabra porque tenía "un propósito especial".

En Malaquías 3;6 dice: "Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos."

Luego, para "matar" a Pepita Dios tuvo que cambiar y hacer algo especial para poder convertir a esas 4 personas.

Que gracioso, la muerte de Jesús no fue suficiente, se necesitaba de un nuevo sacrificio para poder salvar a sus familiares.

El "bien mayor" no es más que conformismo, es rendirse en el creerle a Dios que ya hemos sido y sanados y dar una excusa para una muerte o enfermedad.

He leído libros acerca de por qué Dios no sanó a personas, y en la mayoría de ellos dicen que la persona fue alguna vez a una reunión de sanidad divina pero les pareció que eran fraudes o que no eran para ellos porque Dios tenía algo mejor para ellos.

¿Puede haber algo mejor que la sanidad que Dios proveyó para nosotros?

En Santiago 1:17 dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación."

Dios es un Dios que da buenos regalos, y la enfermedad no es un buen regalo, la enfermedad produce dolor, nos roba nuestro dinero, nos roba nuestra felicidad y finalmente nos roba nuestra vida.

¿Será Dios el autor de tal robo? ¿Estamos convirtiendo a Dios en un ladrón?

En Juan 10:10 dice: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."

Nosotros conocemos quien es el ladrón, el ladrón es el diablo, el que viene a robar nuestra salud es el diablo y no Dios.

En Hechos 10:38 Pedro lo estableció bien claramente: "Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."

El ladrón no es Dios, el ladrón es el diablo.

Así que no te conformes pensando que Dios tiene un bien mayor o un propósito especial contigo y recibe la sanidad que Él ya proveyó para ti en la cruz.


Lea también:

La Sanidad y la Redención

Podcast: Tu ya fuiste sanado

La Enfermedad NO ES una Bendición






miércoles, 20 de mayo de 2009

Por sus creencias religiosas una mujer huye con su hijo para no aplicarle quimioterapia

Normalmente no hago esto, ya que este blog es de enseñanzas acerca de la sanidad divina, pero leí esta noticia y he querido comentarla ya que va totalmente en contra de las cosas que enseña la Palabra de Dios acerca de la sanidad divina.

Creemos que Dios nos ha sanado por medio de la obra de Cristo en la cruz, pero no estamos en contra de la medicina; si una persona no tiene la fe necesaria para recibir su sanidad, no hay problemas que vaya a los médicos.

Por otro lado, tu puedes tener fe por ti mismo, pero eso no significa que la tengan tus familiares, si tu hijo está con dolor y ves que tu fe no está funcionando, es mejor que lo lleves al médico, si no lo haces lo que le pase será culpa de tuya y no del diablo ni tampoco de Dios.

No arriesguemos la vida de la gente que amamos por las cosas que creemos, en este caso por nuestro fanatismo.

Si tienes fe por tu sanidad, gloria a Dios, pero no puedes pasar por encima de la falta de fe de otra persona, sin importar que sea un familiar cercano.

Leamos la noticia

Por sus creencias religiosas una mujer huye con su hijo para no aplicarle quimioterapia


  • Lima, may. 20 (ANDINA).- En Estados Unidos buscan a una mujer que desapareció con su hijo de 13 años después que los médicos ordenaran un tratamiento de quimioterapia para salvar la vida del menor, que sufre de cáncer. Según sus creencias religiosas la curación debe ser sólo con métodos naturales.

    El menor, de 13 años, padece linfoma de Hodgkin, un tumor que estaba siendo controlado por los médicos, pero en el último examen observaron que éste había crecido por lo que ordenaron un tratamiento de quimioterapia que puede salvarle la vida.

    Apenas realizada la orden médica, la mujer Collen Hauser y su hijo Daniel, desaparecieron del nosocomio y las autopridades no los han podido encontra ni en su casa, donde los buscaron horas más tarde.

    Un juez de la zona ha determinado una orden de arresto para los padres por descuidar la atención de su hijo. Según la autoridad judicial el niño debe ser entregado en custodia a una familia adoptiva que lo cuide durante el proceso de recuperación.

    En la casa de la familia, el padre del menor dijo desconocer el paradero y reconoció que sus creencias religiosas los obligan a someterse a curaciones siempre y cuando éstas sean naturales.

lunes, 18 de mayo de 2009

La Sanidad y el Nombre de Jesús - Parte 3

Esto lo he visto una y otra vez en mi vida, compartiendo en casas, iglesias y campañas; individualmente o en masa, sencillamente ordenar en el nombre de Jesús que la enfermedad se vaya.

Un pastor me llamó una vez “el último pentecostal tranquilo”, y es que en se sorprendió que cuando ministré en su iglesia, sin gritar, saltar, ni niguna otra manifestación externa, la gente fue sanada con un sencillo: “Sean sanos en el nombre de Jesús”.

No son las acciones externas lo que traen la sanidad sino el nombre de Jesús en contra de la enfermadad.

Hay sanidad en el nombre de Jesús, solamente debes de usarlo y traerá sanidad a tu vida.

Cuando el diablo traiga enfermedad a tu vida, dile así: “Satanás, en el Nombre de Jesús, deja mi cuerpo ahora. Enfermedad, yo te ordeno salir de mi cuerpo en el nombre de Jesús.”

Tú tienes la autoridad, úsala ahora y recibe tu sanidad.

Otro aspecto del nombre de Jesús y la sanidad es cuando oramos al Padre en el Nombre de Jesús para recibirla.

En Juan 16:23-24 dice: “En aquel día no me preguntareis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”.

Este método es diferente al anterior; mientras que en Juan 14:13-14 dice que usemos el nombre de Jesús en contra de la enfermedad; aquí nos dice que oremos al Padre en el Nombre de Jesús.

Esta es la oración del Nuevo Pacto. Cuando Jesús dijo: “En aquel día,” el se refería a un día que todavía no estaban viviendo. El día en que los apóstoles pasarían del Antiguo al Nuevo Pacto.

Cuando Jesús hizo esta declaración, ellos estaban todavía en el Antiguo Pacto, pues Jesús aun no había muerto, resucitado y ascendido al Cielo.

Sin embargo, estaba por llegar el día en que se iba a empezar el nuevo pacto, donde la gente podría orar al Padre en el Nombre de Jesús.

¿Cuál seria el resultado de ese beneficio que Jesús les estaba anunciando que pronto tendrían?

Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

De ahí vemos que la oración de la iglesia es orar al Padre en el Nombre de Jesús. No hay ningún otro nombre en el cual debemos orar.

Si el creyente quiere recibir algo de Dios en oración, debe ser hecho en el nombre de Jesús, y todo lo que pida lo recibirá. Y la sanidad está incluida en la oración.

He visto a mucha gente ser sanada por la oración en el nombre de Jesús. También en mi vida diaria he visto sanidades por orar al Padre en el nombre de Jesús.

Otra cosa que vemos en este pasaje es la forma como nos acercamos a Dios, en el Nuevo Pacto, Dios es nuestro Padre.

Como vimos antes en el Antiguo Pacto los israelitas eran siervos de Dios, pero en el Nuevo, nosotros somos hijos de Dios.

Nuestra oración siempre es al Padre; no le pedimos a Jesús, ni al Espíritu Santo, ni a ningún ángel o persona, le pedimos a Dios. Esa es la forma bíblica.

Además en Juan 16:24 dice: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”

¿Hay alguna persona que esté feliz de ser enferma? ¿Nuestro gozo se cumple cuando tenemos dolor?

Muchas veces he orado por gente con dolor, la tristeza y sufrimiento se reflejaba en su rostro, pero al recibir su sanidad en el nombre de Jesús, tu veías como cambiaba su rostro, podías ver el gozo y la felicidad en su rostro.

Tu gozo se cumplirá cuando tu le pidas al Padre que te que recibas la sanidad que proveyó para ti en su plan de redención en el nombre de Jesús, El responderá y la enfermedad se ira de tu cuerpo.

Pídele ahora al Padre recibir tu sanidad en el nombre de Jesús, y la tendrás.

viernes, 8 de mayo de 2009

La Sanidad y el Nombre de Jesús - Parte 2

Para los discípulos esto quedo bien claro; pues en Hechos 3:1-16 podemos ver como usaron el Nombre de Jesús: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entran en el templo. Este cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y los tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entro con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido. Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico de Salomón. Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a este? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Y por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este completa sanidad en presencia de todos vosotros.”

En este pasaje vemos que el nombre de Jesús fue lo que trajo sanidad a este hombre. Pedro no usó una oración para que este hombre sane. El demandó la sanidad de este hombre en el nombre de Jesús.

Nosotros también debemos usar el nombre de Jesús en contra de la enfermedad y el diablo.

No es a Dios a quien le demandemos que nos sane; en primer lugar, no fue El quien nos enfermó. Tampoco fue él quien te robó la salud; fue el diablo, como hemos visto antes, el diablo es el autor de la enfermedad.

El día de año nuevo del primer año que estuve de misioneros en Chile, vino una tía a nuestra casa, ella tenía una gastritis, la cual le causaba dolor y no le permitía comer.

Le dijimos que queríamos orar por ella para que fuese sana. Ella nos dijo que estaba bien. Fuimos con ella un cuarto aparte, y le empezamos a compartir lo que Jesús había hecho por ella en la obra de redención. Le dijimos que Jesús pago el precio de nuestra salvación y nuestra sanidad.

Le preguntamos si quería recibir a Jesús, y ella dijo que sí. Después que la guiamos a la salvación le dijimos que íbamos a orar para que ella sanase.

Demandamos su sanidad de esta manera: “Enfermedad, te ordenamos en el nombre de Jesús que la dejes. Gastritis, te ordenamos salir de ella.”

Cuando salimos del cuarto ella estaba totalmente sana.

Ese año nuevo, pudo participar de la cena sin ningún problema.

viernes, 1 de mayo de 2009

La Sanidad y el Nombre de Jesús

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
- Juan 14:13 - 14

En este pasaje dice que debemos pedir en el nombre de Jesús. ¿A quien debemos pedirle?

Una traducción literal de este pasaje sería: “Yo haré todo lo que pidas en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pides algo en mi nombre lo haré.”

La frase “al Padre,” no se encuentra en el griego. Fue aumentada por Reina y Valera para contrastarlo con Juan 16:23-24. Las traducciones más recientes de la de la Biblia han corregido esto.

Veamos como lo traducen otras versiones:

Juan 14:13 (Biblia al Día)
13 Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

Juan 14:13 (Biblia Latinoamericana)
13 Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo.

Juan 14:13 (Biblia del Pueblo de Dios)
13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Hombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan 14:13 (La Biblia de las Américas)
13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan 14:13 (Nueva Biblia de los Hispanos)
13 Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan 14:13 (Nueva Versión Internacional)
13 Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

Juan 14:13 (Versión Peshitta)
13 Y lo que pidan en mi Nombre, les concederé, para que el Padre sea glorificado en su Hijo.


Incluso la Revisión de la Reina Valera de 1865, casí 100 años antes de la versión 1960, ya había la corregido ese pasaje: “Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el Padre sea glorificado en el Hijo.”

Al colocar esa frase se pierde lo que Dios quiere decirnos, pues, nos hace de pensar que esta hablando de oración cuando no es así.

Además, la palabra griega aiteo que se usa para “pedir”, es una palabra que nos muestra la acción de exigir o demandar.

Podemos escribir este pasaje de este modo: “Todo lo que demandes, o exijas, en mi nombre, yo lo haré.”

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