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martes, 18 de abril de 2017

Traducción de libro de T J McCrossan "La Sanidad del Cuerpo y la Expiación" - Parte 1

A partir de esta entrada voy a traducir este libro clásico acerca de la sanidad Divina, "La Sanidad del Cuerpo y la Expiación"

Voy a dejar que el Dr. Roy Hicks nos introduzca a T. J. McCrossan para luego continuar con la primera parte del libro.

El Dr. T. J. McCrossan, conocido pastor, autor, profesor de la Biblia y muy respetado griego y hebreo, enseñó idiomas griegos y hebreos en la Universidad de Manitoba, Manitoba, Canadá, antes de entrar en el ministerio.
Durante 18 años fue examinador en griego para el Presbiterio de Minneapolis, Minnesota. Durante este período, no sólo construyó la Iglesia Presbiteriana Bethany de esa ciudad, sino que durante 12 años pastoreó la histórica Iglesia Presbiteriana Oliveriana de Minneapolis.
Fue durante el ministerio revolucionario del Dr. Charles S. Price que el Dr. McCrossan aceptó el mensaje del Evangelio completo, recibiendo el bautismo del Espíritu Santo en 1922. A partir de entonces, estos dos sirvientes de Dios trabajaron lado a lado en muchos esfuerzos evangelísticos, cada uno Complementando el ministerio del otro.

Roy Hicks




Notas introductorias

Comencemos haciendo una pregunta muy importante:

"¿Cómo entró la enfermedad en este mundo?"

Nuestra respuesta se encuentra en Romanos 5:12: "Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y la muerte por el pecado, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron".

Entonces la muerte física y todo lo que la produce son los resultados directos del pecado.

Pero, ¿cómo llegó el hombre al pecado? Lee Génesis 2:17 y Génesis 3: 1-19, y verás que fue Satanás el que hizo que nuestros primeros padres desobedecían a Dios. Entonces Satanás es el verdadero creador del pecado, la enfermedad y la muerte.

Muchos niegan esto y dicen que Dios mismo es el verdadero autor de la enfermedad y la muerte porque Él le dijo a Adán (Génesis 2:17): "Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él; En el día en que la comas, ciertamente morirás." Pero ¿quién hizo que Adán y Eva desobedecieran el mandamiento de Dios y así trajeran el pecado, la enfermedad y la muerte a este mundo? Satanás. Entonces Satanás, y no Dios, es el verdadero autor del pecado, la enfermedad y la muerte.

Esto explica por qué Cristo dijo al hombre a quien curó en el estanque de Betesda (Juan 5:14): "No peques más, no sea que venga sobre ti una cosa peor". Su enfermedad había venido como resultado del pecado.

Esto también explica las palabras de Cristo en Marcos 2: 9-11, "¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.”

La gente no creería que Cristo tenía poder para perdonar los pecados de este hombre, así que Él les dijo: "Ahora les probaré que tengo el poder de perdonar los pecados curando esta parálisis, que es una de las consecuencias del pecado. Cuando veas que puedo curar o quitar esta enfermedad producida por el pecado, entonces sabrás con certeza que yo también puedo quitar el pecado mismo".

Una vez más, estamos absolutamente seguros de que Satanás es el autor de la enfermedad tanto como el pecado, porque Cristo usa siempre la misma dura palabra, epitimao, para reprender la enfermedad (la obra de Satanás) como Él usa para reprender a los espíritus malignos.

En Lucas 4:35 leemos: "Y Jesús le reprendió [epetimesen] [el espíritu maligno en el hombre], diciendo: Cállate, y sal de él."

En Lucas 4:39 leemos: "E inclinándose hacia ella reprendió [epetimesen, la misma palabra que en Lucas 4:35] el [espíritu de] la fiebre y la dejó”. Cristo usó la misma palabra áspera para reprender todas las enfermedades, como solía reprender a todos los espíritus malignos, porque toda la enfermedad es causada por Satanás. Esta es la única explicación.

Sí, toda enfermedad, enfermedad y deformidad que Cristo curó en la tierra fue el resultado del pecado, la obra de Satanás. Lea Hechos 10:38, "Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él". Entonces todo los que Cristo curó, mientras que estuvo en la tierra, fueron oprimidos del diablo. Esto incluyó también la enfermedad de Lázaro, aunque Cristo declara (Juan 11:4), "Esta enfermedad es... para la gloria de Dios".

Examinemos aquí esta palabra "oprimida". La palabra griega es katadunasteuomenous, el participio presente pasivo, acusativo plural de katadunasteuo. Esto viene de kata, abajo o debajo, y dunasteuo, tener autoridad o señorío. Entonces esta palabra katadunasteuomenous en Hechos 10:38 realmente significa "los que estaban bajo el dominio el señorío de Satanás".

Sí, toda enfermedad, enfermedad y deformidad que Cristo curó mientras estaba en la tierra fue el resultado de la obra de Satanás, y es lo mismo hoy.

No sólo es Satanás el causante de la enfermedad, sino que es el propagador de ella, porque la Biblia nos informa que tiene espíritus malignos especiales cuyo principal negocio es hacer enfermar a la gente.

En Lucas 13:11 leemos: "Y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada [doblada], y en ninguna manera se podía enderezar". Lucas 13:16 nos informa que ésta era la obra de Satanás: “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?”

Observe ahora las palabras "que tenían un espíritu de enfermedad". La palabra para "enfermedad" aquí es astheneia, la palabra más común en el idioma griego para "enfermedad". Entonces esta pobre mujer había estado dominada durante dieciocho años por un espíritu maligno, un espíritu aquí llamado "espíritu de enfermedad". Sí, Satanás realmente tiene "espíritus de enfermedad" cuya única gran obra en este mundo es propagar enfermedad y enfermedad.

En Marcos 9:25 encontramos que Satanás también tiene espíritus sordos y mudos: "Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole [Note, estos espíritus malignos son personas.]: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él". Luego, además de los "espíritus de la enfermedad", Satanás también tiene espíritus "sordos y mudos" para afligir a la humanidad. En Marcos 1:23 leemos: "Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo." Entonces Satanás también tiene espíritus que son especialistas en contaminar la mente e imaginación de los hombres, haciéndolos inmorales. En Hechos 16:16 leemos de una muchacha que Estaba "poseída por un espíritu de adivinación" (literalmente, un espíritu de Python). Este era un espíritu maligno que le dio la capacidad de predecir las cosas. 

Satanás, entonces, tiene todo tipo de espíritus malignos, y miles de ellos pertenecen a ese grupo llamado “espíritu de enfermedad” No es de extrañar que leamos en Efesios 6:12, "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes". Sí, Satanás no es sólo el causante de la enfermedad y la enfermedad, sino que es el propagador de la misma por medio de estos muchos espíritus malignos que obedecen a sus mandatos.

domingo, 13 de noviembre de 2016

PREDICADOR: ¿DESEAS QUE SANEN LOS ENFERMOS DE TU CONGREGACIÓN?

PREDICADOR: ¿DESEAS QUE SANEN LOS ENFERMOS DE TU CONGREGACIÓN? 
Por Dr T.L Osborn



Si yo pudiera ser brusco, lo diría así: - Oramos por los enfermos con los dedos cruzados esperando que “accidentalmente” alguien se sane y haya éxito- . Eso no está bien. Cuando oramos por los enfermos, Dios está preocupado. Sus ojos están sobre nosotros, El ministerio de sanidad está cercano a su corazón. El ministerio de sanidad es importante para nuestro Dios. El es un sanador por naturaleza. El nos hizo y sabe cómo repararnos. Si tengo un reloj y se rompe, no lo llevo al herrero, lo llevo al relojero. Dios hizo nuestros cuerpos y tiene abundancia de piezas extras. Si tenemos un riñón malo, él tiene piezas para reponerlo. Si tenemos un ojo malo, él tiene muchas cámaras para cambiarlo. Nuestro Dios es un sanador. Pero si vamos a esperar resultados, tenemos que enseñarle al pueblo las verdades que FORTALECEN la fe. Entienden eso uds?

Por ejemplo, mucha gente que no sabe si es la voluntad de Dios sanarlo o no, son sinceros aman a Dios, pero sinceramente no saben si es la voluntad de Dios sanarlos entonces no si no están seguros, no es fe. 

Muchos predicadores no lo saben debido a la TRADICIÓN que se nos ha pasado a través del tiempo. Se nos ha enseñado que la voluntad de Dios es sanar algunos y no sanar a otros. Y que la voluntad de Dios es que algunos sigan enfermos, y suelen llamar a la enfermedad "un regalo de amor", otras veces dicen que es para "enseñarles paciencia", Otras veces que su enfermedad es para "glorificar a Dios"; todas estas cosas son tradiciones que nulifican la realidad de la sanidad. Déjenme darles un ejemplo: si un predicador se levanta a predicar sobre sanidad, generalmente predica así: - Job estuvo enfermo, tenía tumores, así que quizá usted los tenga también. Pablo tenía una espina en la carne, que era una enfermedad así que quizá también a usted le toque tenerla, sopórtela. Timoteo tenía el estómago enfermo...- esto es lo que predican y luego dicen: "¿por qué será que nadie se sana?" 

Siempre predican el lado negativo de la cosa... Se olvidan que Job se sanó de los tumores ¡Gracias a Dios que Job se sanó! si Usted se compara con Job, entonces ¡tiene que sanarse! El libro de Job es grande, pero si no estoy equivocado, el período de su enfermedad fue de un año, un período muy corto y Job no tenía nadie que le enseñara sanidad, todo el mundo estaba contra él. Todos le decían que la enfermedad Dios se la había dado, pero él rechazó todas estas ideas y creyó que Dios era el sanador y argumentó contra todos aquellos que querían "reconfortarlo" y se sanó. Así que si Ud. va a ser como Job, sánese. 

También dicen que Pablo estaba enfermo...eso es una idea “tradicional”, Pablo declara por lo menos 19 cosas que podríamos pensar que eran la espina en la carne; pero no menciona nunca que tuviera una enfermedad crónica. Redondeando, el teólogo dice que la espina en la carne de Pablo era una enfermedad. Pero Pablo dice que era un mensajero de Satanás, o sea que la afirmación teológica es carente de sentido común. No tengo tiempo para entrar en el griego y el hebreo, pero jamás podrán establecer con honestidad bíblica, que Pablo tuviera una enfermedad.

Ahora tomen otra idea: 

La gente dice: la enfermedad es para “enseñarnos a ser pacientes” y “para enseñarnos muchas lecciones”; muy bien, entonces vamos a orar para que vengan más enfermedades y así podamos aprender más. ¡ESTO NO TIENE SENTIDO!

Alguien dice que la enfermedad es “un regalo misterioso de amor de Dios”, maravilloso, vamos a orar entonces por más regalos de amor de Dios. De ninguna manera vamos a tratar de deshacernos de ellos, vamos a cuidar bien el cáncer, vamos a cuidar bien las artritis porque todo eso es una bendición... ¡USTED NO CREE ESO!

Otros dicen: la enfermedad es “castigo de Dios”... ¡USTED NO CREE ESO! Usted LO PREDICA, PERO NO LO CREE… ¿sabe por qué lo afirmo? porque usted va y toma píldoras que le calmen el dolor que le está molestando. Si Dios le está dando un castigo entonces ¿para qué va a tomar una píldora para que no le duela el azote? Si usted cree que es el castigo de Dios, pues ¡que le duela! no trate de detenerlo, no trate de buscar al doctor para que se lo corte. ¡Manténgalo y cuide su dolor!... ¿VE QUE TODO ESTO ES RIDÍCULO? 

Usted no lo cree, lo predica como MERA TRADICIÓN; así que ya no predique más estas cosas, empiece a predicar el evangelio el cuál es salvación y sanidad y deje de estar predicando enfermedad, comience a predicar sanidad, para que la gente se sane 

Si usted quiere tener resultados en su ministerio y ver milagros cuando predica tiene que comenzar a predicar algo que no sea que Pablo estaba enfermo, que Timoteo estaba enfermo, o que cualquier otro estaba enfermo. Usted tiene que comenzar ya a predicar las promesas de sanidad en la Biblia.

Si Ud. Quiere ministrar sanidad, tiene que predicar aquellas cosas que ayudarán a la gente a tener fe (certeza) para logren recibir sanidad. Y cuánto más se les hable de esto, más posibilidades de sanar tendrán, pues “la fe es por el oír” (Rom 10:17)


Un Bosquejo para Predicadores:

1- Dios es Sanador : Ex 15:26; Mal 3:6; 

2- Jesús es sanador : Los evangelios están llenos de esto; Hebreos 13:8. Y si Cristo está vivo no pasaron los días de milagros

3- Los discípulos sanaron los enfermos : Mateo 10; Lucas 9. Los evangelios están llenos de esto. Jesús nunca mandó a predicar a los discípulos sin decirles que sanen a los enfermos.

La teología tradicional dice: Esas ordenanzas de sanar eran para los discípulos y ellos ya se murieron, entonces los milagros se terminaron. Esto no es verdad. Un discípulo es un aprendiz o seguidor de Jesús; y Jesús tenía más de 12, tenía cientos y a todos les ordenó sanar a los enfermos. Juan 8:31. Esto quiere decir que si nosotros seguimos en las palabras de Cristo, somos discípulos en el año 2009. Así es que los si discípulos sanaron los enfermos antes, esto no ha cambiado.

4- La iglesia primitiva sanó a los enfermos : Hechos está lleno de esto. Marque con tinta roja donde dice que ellos sanaron. La iglesia primitiva era una iglesia de sanidad y la iglesia de Cristo nunca ha cambiado. Tenemos millones de religiones por todos lados y ellas cambian a menudo. La iglesia verdadera es todavía una iglesia que sana . Mateo 28:19 Enseñándoles que observen todas las cosas que les he enseñado. ¿Qué les dijo a sus discípulos? "sanad a los enfermos", "echaran fuera demonios", "levantad a los muertos", “limpiar a los leprosos”, “de gracia habéis recibido, dad de gracias”, en cualquier ciudad donde entren, sanen a todos los enfermos que hay allí”; “Yo les doy poder y autoridad sobre todos los demonios para curar enfermedades y nada os dañará”. Id a todas las naciones y enseñen a observar TODO lo que les he enseñado . Esto es para HOY, esto es para la iglesia. ¡Esto es para Ud. y para mí!. Y él dice: “yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo”. Todavía es una iglesia que sana. Nunca ha cambiado

5- A todos los creyentes se les ordenó predicar sanidad a los enfermos ; Marcos 16:15; ¿Qué sucede a los que creen?: "estas señales seguirán a los que creen" en mi mano echarán fuera demonios, ¿ha echado usted algún demonio? usted puede hacerlo, vaya y hágalo en el nombre de Jesús. “Estas señales seguirán a los que creen”. “Hablaran en nuevas lenguas, si tomaran cosa mortífera no les dañará”. Si un animal venenoso lo muerde, o le envenenan la comida los opositores, nada le pasará. Pondrán las manos sobre los enfermos y sanarán. “Él dijo Id por todo el mundo”, y el lugar donde vives es parte del mundo, enseñen en todas las naciones. Prediquen a toda criatura hasta el fin del mundo y el mundo todavía no se ha terminado. Aleluya.

Siempre recuerde esto que diré a continuación con relación a las promesas y al ministerio de Jesús, a la sanidad, salvación, milagros, predique sobre esto: Dios no hace acepción de tres cosas: De lugar, de tiempo y de personas. Lo que Dios hizo entonces, Dios lo hará ahora. Lo que hizo por allá, lo hará por acá. Lo que Dios logró para aquellos, también es para estos. Aleluya! Si lo hizo entonces, lo hará ahora en mi día. Si lo hizo allá, lo hará donde yo estoy. Si lo hizo para aquel, lo hará para mí. Me ama a mí tanto como amó a otros antes. Veremos Su obrar tanto donde yo estoy, como lo vio Pedro en Jerusalén o Felipe en Samaria.

“Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos” ¿qué quiere decir esto para usted? enséñele esto a la gente. Esto significa que Dios es el mismo. Dígale todas las cosas que Dios hizo y dígale que él hará lo mismo hoy. Significa que la Palabra y las promesas SON LAS MISMAS HOY. Permanecen para siempre. 

Cuando Dios habló los mundos comenzaron a existir. La Palabra de Dios permanece para siempre. Cuando dijo "Yo Soy tu Sanador", sigue diciendo esto todavía . Su Palabra ES CONTINUA, nunca cambia, su promesa es buena hoy. Cuando yo escucho que Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos, entiendo que es el mismo Dios de Adán, de Abraham, de Daniel, de Pedro. No es más pequeño en mí que lo que era en ellos. Cuando yo leo que Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos, esto me dice a mí que la Palabra en la que confió Moisés es lo suficientemente buena para mí como para confiar yo también. Me dice que la Palabra que salió de la boca de Abraham es buena hoy. La que salió de la boca de Daniel también. Esa palabra tiene poder cuando yo la predico, tiene el mismo poder que cuando salió de los labios de Dios, y cuando yo leo que Jesús es el mismo ayer y por los siglos, tengo una tercera seguridad: el Espíritu Santo no ha cambiado hoy. El Espíritu que se movió sobre Moisés se mueve en mí. El mismo Espíritu del día de pentecostés que vino sobre los 120, está en mí. El mismo espíritu que descansó sobre Jesús descansa sobre mí. Él espíritu que obró los milagros en el libro de los Hechos obra los milagros a través de mí. Dios es el mismo, Jesús es el mismo. La Palabra de Dios es la misma. El Espíritu Santo es el mismo. 

Enseñe esas cosas a los enfermos SI USTED QUIERE que ellos se sanen. 

Mire las Escrituras que respaldan estas cosas, y tendrá un sermón bueno y eficaz
Ninguna de estas cosas ha cambiado.

viernes, 11 de noviembre de 2016

(VIDEO) Él ya lo hizo - Pastor Ricardo Botto


Una de las verdades más grandes de la Biblia es que Jesús en la cruz pago el precio por nuestra salvación, por nuestra sanidad y por cada bendición que está en la Biblia.

Hoy quiero dejarte esta enseñanza de Sanidad Divina que compartí en la iglesia Generación de Fe, de Chile, en el año 2011, Él Ya lo Hizo.


viernes, 31 de mayo de 2013

Sabiendo que la Sanidad te Pertenece

Sabiendo que la Sanidad te Pertenece

El mejor método de recibir sanidad es conocer que la sanidad te pertenece. Colocar en tu corazón Isaías 53:4-5, Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24; donde dice que Jesús tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias.

No estoy hablando de conocer estos versos de una manera mental. Eso te serviría tanto como decir “dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis.”

En Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios.”

La fe viene cuando nosotros estamos colocando la Palabra de Dios en nuestro interior, una y otra vez hasta ser revelada en nuestro espíritu.

Continuar colocándola hasta que forme parte de nosotros.

En 1987 estaba jugando fútbol con varios hermanos de la iglesia; yo jugaba de defensa, y en un momento que un delantero venia rápidamente, yo coloque mi pierna para quitarle el balón. Como la venia muy rápido, al golpear nuestras piernas me fracture la rodilla.

Estuve estudiando y proclamando la Palabra, respecto a mi sanidad, durante tres días, pero nada sucedió sino empeore. Así que fui al doctor.

La rodilla había duplicado su tamaño, así que el doctor me puso un yeso en la pierna. Me dijo que debía usarlo por dos semanas, y luego usar una venda elástica por tiempo indefinido; me advirtió, además, que no le echase agua al yeso.

Estuve tres días en mi casa depositando la Palabra de Dios en mi interior, hasta que la fe se formó en mi; en ese momento tuve la fe para sanidad, supe que la sanidad estaba a mi disposición.

Esa noche fui a un servicio; y mientras escuchaba la enseñanza, el Espíritu Santo me dijo: “Si dices que estas sano, ¿qué haces con un yeso?”

Así que la mañana siguiente, me metí en la ducha y luche con el yeso durante una hora para poder sacármelo. Cuando logró salir, me di cuenta que mi rodilla estaba completamente sana; todavía continúa así hasta hoy.

En Josué 1:8 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditaras en él, para que guardes y hagas conforme a lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

Eso fue lo que me pasó, continué meditando la Palabra de día y de noche respecto a mi sanidad, hasta que finalmente llegó la fe para ser sanado, y recibí mi sanidad.


Eso es lo que debes hacer, medita  una y otra vez los versículos que te ofrecen sanidad hasta que la fe se produzca en tu corazón, y puedas recibir lo que Dios ya te dio.

Cuando tengas plena certeza de que Jesús ya te sanó declara en voz alta la Palabra de Sanidad: "Soy sano ahora porque Jesús tomó mis enfermedades y llevó mis dolencias. Lo tengo ahora porque soy sano por las llagas de Jesús." 

domingo, 26 de mayo de 2013

Recibiendo Sanidad Divina por Medio de la Oración de Acuerdo

Recibir Sanidad 
Haciendo la Oración de Acuerdo 

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que esta en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- Mateo 18:19-20

La Versión Amplificada de la Biblia lo traduce así: “Otra vez les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo (armonizan, hacen juntos una sinfonía) en la tierra acerca de alguna (cualquiera y toda) cosa que pidan, ocurrirá y será hecha por mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres se reúnen (unidos como mis seguidores) en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos.”

Por lo general mucha gente usa el versículo 20 fuera de contexto y dicen que 2 o 3 es el número mínimo para una iglesia. Pero la verdad es que está mostrando otra cosa ya que está ligado con el versículo anterior.

Lo que el versículo 20 quiere decir es: “Cuando dos personas están de acuerdo en oración, ahí está Jesús para respaldar lo que pidan.” Esta oración es exitosa porque Jesús es el que la respalda.

Para entender mejor este tipo de oración desmenucemos este pasaje.

Lo primero que se necesita es dos personas de acuerdo.

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra.

La palabra griega para pusieren de acuerdo es sumphoneo; que significa según W. E. Vine: “estar en acuerdo, principalmente en instrumentos musicales, se usa en el Nuevo Testamento para el acuerdo de personas respecto a una materia”.

De esta palabra es que viene sinfonía. Por eso la versión amplificada dice: “armonizan, hacen juntos una sinfonía.”

En nuestra iglesia local “La Palabra de Fe” (hoy La Comunidad Carismática de Lima) en Lima, Perú; participe del ministerio de música tocando la guitarra acústica.

En el grupo había varios instrumentos; guitarra acústica y eléctrica, bajo, sintetizadores, batería, bongo y trompeta, además de los cantantes.

Todos los viernes nos reuníamos para practicar las canciones que íbamos a cantar el domingo y aprender nuevas canciones para servicios futuros. A veces pasábamos más de una hora por canción, y a veces durante varias semanas, para poder tocar en armonía; pues, si no tocábamos juntos iba a salir mal la música del servicio.

Para el domingo estábamos listos para hacer una sinfonía, para que todo instrumento y voz se acoplen, y podíamos ser de bendición para la gente.

Si alguien no estaba preparado, y tocaba en otra nota o fuera de ritmo, iba ha causar confusión en el grupo, por eso el que no iba al ensayo, no tocaba o cantaba.

Para que hubiera sinfonía, todo el grupo debía estar acoplado y unido.

Lo mismo sucede con la oración.

Estando en el ministerio muchísimos años, en muchas ocasiones personas se me acercan para pedirme que oré de acuerdo con ellos. Por lo general, antes de orar les pregunto si creen que van a recibir lo que pidamos. Si ellos me dicen que si, hago la oración con ellos y veo que reciben lo que han creído. Pero, si me dicen: “Pastor, eso espero,” yo les digo que no voy a ora con ellos, porque no habría un acuerdo, ya que mientras ellos está esperando,  yo estoy creyendo. Si por casualidad hacíamos la oración, nunca recibían de Dios.

Lo segundo que debemos ver es que nuestra oración debe tener una meta: ellos deben querer alguna cosa.

Acerca de cualquier cosa que pidieren.

Debemos entender que para Dios no hay límites.

En Marcos 10:27, Jesús les dijo a sus discípulos: “Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” En Mateo 1:37 el ángel Gabriel le dijo a María: “Porque nada hay imposible para Dios.”

Dios no tiene límites, somos nosotros los que limitamos a Dios. Para Dios no hay imposibles, todo lo que le pedimos, nos lo dará.

Tú también debes hacer algo para recibir de Dios.

En Marcos 9:23 Jesús le dijo al padre del endemoniado: “Jesús le dijo: Si puedes, al que cree todo le es posible.”

No importa que enfermedad tengas, para Dios no hay imposibles, puede que tengas cáncer, sida, diabetes, o lo que sea, para Dios no hay imposibles.

No le coloques un límite a Dios, el solo quiere que le pidas.

No seas de aquellos que dicen: “La sanidad no es para mí, yo soy uno de aquellos que Dios no va a sanar.”

Recuerda que no hay imposibles para Dios; al decir eso, le estás diciendo a Dios que no puede sanarte. El diablo es “el enfermador,” al decir que Dios no puede quitarte una enfermedad que el diablo te puso, estas diciendo que el diablo es mayor que Dios. ¿Estas dispuesto a creer eso?

No le pongas un límite a Dios, él tiene el poder para darte todo lo que le pidas, él sanará tu enfermedad.

Lo tercero es que Dios responderá tu oración.

Como dice al final del verso: “Les será hecho por mi Padre que esta en los cielos.” Esto significa que Dios te lo dará.

En 1 Juan 5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”

Dios siempre responde tu oración y te da lo que le pides cuando oras de acuerdo a su voluntad; y la sanidad divina es parte de su voluntad. Por eso, Dios te dará todo lo que le pidas cuando estés de acuerdo con otra persona.
           
Lo cuarto que debes hacer es orar en el nombre de Jesús.

Como dice el verso 20: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

De ahí vemos que la oración de acuerdo debe ser hecha en el nombre de Jesús.

¿Y que pasa cuando oramos en el nombre de Jesús? En Juan 16:23-24 dice que recibiremos todo lo que le pidamos.


Por eso, puedes hacer la oración de acuerdo con otra persona para recibir tu sanidad.

lunes, 20 de mayo de 2013

¿Extremaunción o Unción Extrema?


Ungiendo con Aceite 
en el Nombre de Jesús


En Santiago 5:14-15 dice: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”

En la Iglesia Católica han reemplazado esta oración por sanidad, por una oración para preparar al enfermo para la muerte. Sin embargo este pasaje dice: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará.” Es decir, el enfermo no morirá, el enfermo se salvará y se levantará de la cama totalmente sano.

Nosotros no practicamos la extremaunción, no estamos preparando al enfermo para su muerte, practicamos la "unción extrema", vamos donde el enfermo cuando nos llama, lo ungimos con aceite en el nombre del Señor, hacemos la oración de fe y el enfermo es sanado.


Este es el método de sanidad divina en el que se requiere menos fe del enfermo. Porque se requiere que otra persona ore por él y que se utilice un elemento que es el aceite. 

Esto no significa que no se requiera fe, pues, en Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

Además cuando el elemento del aceite se pone sobre el enfermo, el enfermo debe creer que en ese momento recibe su sanidad.

De ahí vemos que la fe es necesaria para poder recibir la sanidad. La pregunta es ¿cómo obtenemos la fe para recibir nuestra sanidad?

En Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios.” Nuestra fe para recibir sanidad viene de estar oyendo la Palabra de Dios.

Es interesante notar, que en este verso se usa la palabra griega rhema para palabra. Rhema significa una materia o tema específico; es decir, una materia o específico acerca de la Palabra de Dios. Entonces, la fe viene por el oír, y el oír, por los temas específicos de la Palabra de Dios.

Es por eso que la fe para recibir sanidad viene por estar oyendo una y otra vez lo que Dios dice acerca de la sanidad divina en Su Palabra.

Si quieres tener fe recibir tu sanidad tendrás que estar oyendo una y otra vez Isaías 53:4-5; Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24, donde dice que Jesús tomó nuestras enfermedades, llevó nuestras dolencias, sufrió nuestros dolores y que por Sus llagas fuimos curados.

Al ir a la Palabra de Dios sabrás la voluntad de Dios respecto a su voluntad; y como dice en 1 Juan 5:14-15: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa  conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”

En Marcos 1:40-42 vemos una historia que nos muestra la voluntad de Dios respecto a la sanidad divina: “Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó y le dijo: Quiero, se limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedó limpio.”

El leproso sabía que Jesús tenía el poder para sanarlo, pero no sabía si era la voluntad de Dios sanarlo.

En este pasaje Jesús muestra su voluntad hacia las enfermedades, Él tiene misericordia del enfermo y lo sana. Cuando Jesús le dijo al leproso: “Quiero, se limpio,” le estaba diciendo al mundo que él quería sanar a todos los hombres. Su voluntad es sanarnos.

En 3 Juan 2 volvemos a ver la voluntad de Dios respecto a la enfermedad: “Amado, yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.”

Una vez más nos encontramos con la voluntad de Dios, él desea que tengamos salud. El no desea que estemos enfermos.

Entonces al hacer la oración de fe por sanidad, estamos orando la voluntad de Dios, pues Dios quiere que estemos sanos.

Volviendo a la unción con aceite, podemos ver que en este tipo de oración, el enfermo llama a los ancianos de la iglesia para que lo unjan con aceite en el nombre de Jesús y hagan la oración de fe por él.

Los discípulos de Jesús usaron este método en Marcos 6:13, cuando Jesús envió a los doce de dos en dos: “Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.”

En este tipo de oración, el aceite es un símbolo de la unción del Espíritu Santo, y es un punto de contacto en el cual el enfermo desata su fe para ser sanado. Pero notemos que no es el aceite sino la oración de fe que hacen los ancianos de la iglesia lo que sana al enfermo.

Una señora llamó a su iglesia pidiendo que vaya el pastor a su casa porque su esposo se estaba muriendo; le respondieron las hermanas ancianas que se reunían para orar en la iglesia y le dijeron que no estaba en ese momento. Preguntó por la pastora y le dijeron que tampoco estaba.

Una de ellas dijo: "Nosotros somos las más ancianas de la iglesia, y la Biblia dice que los ancianos unjan al enfermo con aceite, así que dile que vamos nosotras."

Así que tomaron un taxi y se fueron a ver al enfermo.

Cuando llegaron a la casa le preguntaron a la hermana que llamó si tenía aceite, y les dijo que solo tenía una botella con aceite de cocina; le dijeron que los de y fueron a ver al enfermo.

El pobre hombre estaba inconsciente en la cama, el color de su piel mostraba su enfermedad. Las hermanas al verlo le echaron encima toda la botella de aceite e hicieron la oración de fe: "En el nombre de Jesús se sano." Y el hombre fue completamente sanado. Salió de la inconsciencia y el color le volvió as la piel.

Las ancianas de la iglesia habían hecho la oración de fe.

Hay algo mas que dice este pasaje: “Y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”

Muchos enfermos piensan que Dios no los va ha sanar porque han hecho muchas cosas malas. Se sienten indignos de recibir el perdón de Dios. Sin embargo, aquí dice que sus pecados le serán perdonados. 



Estaba acompañando a una amiga al hospital de Neoplásicas en Lima, donde hacen tratamiento especializado para el cáncer, y ella escuchó que una mujer le predicaba a una otra diciéndole que estaba enferma porque estaba en pecado.

Que tal ignorancia, trayendo más condenación y culpabilidad a la pobre enferma cuando aquí dice que si hubiere cometido pecados sus pecados le serán perdonados.

La sanidad y el perdón van de la mano.

Así que, si no tienes fe para recibir sanidad por ti mismo, anda y llama a los ancianos de la iglesia para que te unjan con aceite y hagan por ti la oración de fe. 


sábado, 11 de mayo de 2013

Recibiendo Sanidad a través de los Dones del Espíritu Santo


Recibiendo Sanidad a través de los Dones del Espíritu Santo

En 1 Corintios 12:9 dice: “. . . y a otro, dones de sanidades por el mismo espíritu.”

Este es un método distinto a los que hemos estudiado; en este método no depende de la fe de la persona sino de Dios.

¿Qué son los dones de sanidades?

Son manifestaciones sobrenaturales del poder sanador de Dios que fluyen de un individuo a otro.

Todas las cosas que recibimos de Dios son dones. Por eso, en cierto sentido toda sanidad es un don; pero no toda sanidad es una manifestación del Espíritu. Las manifestaciones del Espíritu son iniciadas por el Espíritu Santo.

Debemos notar que este pasaje nos habla de dones de sanidades, es decir nos habla en plural. Esto quiere decir que hay un tipo de don para cada enfermedad.

Por ejemplo hay ministros que tienen una unción especial para casos de vista, y en sus campañas casi todos los ciegos o gente con problemas de visión son sanados; otros con problemas de huesos, o de tumores, o cualquiera sea la enfermedad.

En mi caso, yo veo cada vez que ministro personas con piernas más cortas que la otra casi el 100% son sanados. 

La clave es llegar a entender la unción que hay sobre nuestras vidas y cedernos a ella. 

Una característica de los dones del Espíritu es que muchas veces vienen acompañados de otros, como la Palabra de Conocimiento (una porción del conocimiento de Dios respecto a eventos pasados o presentes) o el Discernimiento de Espíritus (una visión en el mundo espiritual respecto a los espíritus que sean de Dios, sean humanos, ó del diablo).

En mi ministerio, he visto este don, a través de la Palabra de Conocimiento, muchas veces sabia que parte del cuerpo de la gente estaba mal.

Recuerdo un servicio, cuando era pastor asistente de la iglesia “La Palabra de Fe” de Callao, ciudad portuaria en el Perú.

Estaba empezando una serie de enseñanzas basadas en la sanidad divina; después de la adoración, empecé a sentir las zonas del cuerpo en que la gente estaba enferma, mucha gente fue sanada de diversas enfermedades. Al final de la predica, cuando se hizo el llamado para sanidad, no había ningún enfermo, todos habían sido sanados.

En Hechos 8:5-8 vemos los dones de sanidades en acción en el ministerio de Felipe, el evangelista: “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad.”

Notemos que aquí dice que las sanidades eran de cojos y paralíticos. Evidentemente Felipe tenía dones de sanidades para las enfermedades específicas de parálisis y cojera.

Los dones de sanidades, son manifestaciones específicas de sanidad, para gente específica, con necesidades especificas, en momentos específicos.

La gran evangelista Kathryn Kuhlman, tenía muchos de estos dones en sus reuniones. Dios le daba palabra específica, acerca de enfermedades que tenia la gente.

Los dones de sanidades, son sanidades que Dios inicia; y ocurren cuando el Espíritu Santo desea

sábado, 4 de mayo de 2013

Cómo Usar el Nombre de Jesús para Recibir tu Sanidad


Usando el Nombre de Jesús para Recibir Sanidad Divina

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
- Juan 14:13- 14


En este pasaje dice que debemos pedir en el nombre de Jesús. ¿A quien debemos pedirle?

Una traducción literal de este pasaje sería: “Yo haré todo lo que pidas en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pides algo en mi nombre lo haré.”

La frase “al Padre,” que se usa en la Versión Reina Velera no se encuentra en el griego; fue aumentada por los traductores para contrastar ese versículo con Juan 16:23-24. Pero si algo deberíamos contrastar es el versículo 13 con el 14, en donde no se repite "al Padre". Las traducciones modernas de la Biblia han corregido esto.

Veamos el versículo 23 en otras versiones:

Biblia al Día
Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

Castillian
Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Biblia de Jerusalén
Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Dios Habla Hoy
Y todo lo que pidáis en mi nombre yo lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre.

Biblia en Lenguaje Sencillo
Yo haré todo lo que ustedes me pidan. De ese modo haré que la gente vea, a través de mí, el poder que tiene Dios el Padre. 

Nueva Versión Internacional
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

La Biblia de las Américas
Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Nueva Biblia de los Hispanos
Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Junneman (Vulgata)
Y lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que sea glorificado el Padre en el Hijo. 

Reina Valera 1862
Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Nuevo Testamento de Besson
Y cualquier cosa que pidiereis en mi nombre, esto lo haré para que sea glorificado el Padre en el hijo. 

Biblia Textual
Y todo lo que pidáis en mi Nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 


Y no quiero colocar las traducciones en inglés que no utilizan la frase "al Padre".

Al colocar esa frase se pierde lo que Dios quiere decirnos. Además, la palabra que se usa para “pedir,” es aiteo que entre sus significados está la acción de exigir o demandar.

Este verbo es de tiempo aoristo, con voz activa, de modo subjuntivo, en segunda persona y número plural.

El hecho de ser aoristo significa que es una acción única o acción puntual no prolongada en el tiempo; la.voz activa es la conjugación del verbo en la cual el sujeto realiza, ejecuta o controla la acción del verbo. El subjuntivo es el modo de la irrealidad, expresa deseo y posibilidad. La segunda persona en plural significa que era para todo aquel que siguiese sus instrucciones.

El verbo "haré" es el griego poieo que significa hacer, realizar y llevar a cabo entre otros significados. Este verbo está en tiempo futuro, voz  primera persona en activa, modo indicativo y primera persona en singular.

El modo indicativo es el que se utiliza comúnmente para expresar las acciones reales que se llevan a cabo de forma cotidiana. Podemos decir que Jesús está diciendo que el hará o ejecutará cualquier cosa que le pidamos en Su nombre.

Lo que Jesús les estaba diciendo: “En el supuesto caso que alguien demande o exijas alguna cosa en mi nombre, sin duda alguna yo lo haré.”

Para los discípulos esto quedo bien claro; pues en Hechos 3:1-16 podemos ver como usaron el Nombre de Jesús: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entran en el templo. Este cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y los tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entro con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido. Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico de Salomón. Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a este? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Y por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este completa sanidad en presencia de todos vosotros.”

En este pasaje vemos que el uso del nombre de Jesús fue lo que trajo sanidad a este hombre. Pedro no usó una oración al Padre para que este hombre fuese sanado. El demandó la sanidad de este hombre en el nombre de Jesús.

Nosotros también debemos usar el nombre de Jesús en contra de la enfermedad y el diablo.

No es a Dios a quien le demandamos que nos sane; ya que en primer lugar, no fue Él quien te enfermó. Tampoco fue Él quien te robó la salud; fue el diablo, como hemos en otras entradas, el diablo es el autor de la enfermedad.

Innumerables veces en mi vida y ministerio he tenido que ordenarle a la enfermedad que salga tanto de mi cuerpo tanto como del de otras personas; debes entender que no fue Dios quien puso la enfermedad en tu cuerpo sino que Satanás es el autor de la enfermedad.

El asunto es que mucha piensa que Satanás se fue de vacaciones y le ha dejado su sucio trabajo a Dios.

Está es una vieja táctica de Satanás para que no usemos la autoridad que tenemos sobre él por la obra consumada de Jesús en la cruz y usemos el nombre de Jesús en su contra.

Pero nosotros sabemos lo que tenemos en Cristo y podemos exigirle que saque la enfermedad de nuestro cuerpo; así que demanda tu sanidad de esta manera: “Enfermedad, te ordeno en el nombre de Jesús que dejes mi cuerpo ahora mismo.” 

Hay sanidad en el nombre de Jesús, solamente debes de usarlo y traerá sanidad a tu vida. 

Así que nuevamente, cuando el diablo traiga enfermedad a tu vida, dile así: “Satanás, en el Nombre de Jesús, deja mi cuerpo ahora. Enfermedad, yo te ordeno salir de mi cuerpo en el nombre de Jesús.”


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